Dieta flexivegana, descubre la dieta de moda

La dieta flexivegana supone orientar la alimentación a vegetales y frutas limitando el consumo de proteínas animales. Os hablamos con más detalle sobre lo último en alimentación saludable, ¿nos acompañáis?

¿Qué es la dieta flexivegana?

La dieta flexivegana es el nuevo plan nutricional a medio camino entre el veganismo y el vegetarianismo. Los alimentos en los que se basa un flexivegano pasan por frutas frescas, legumbres, hortalizas, cereales integrales o semillas, los cuales si son ecológicos mucho mejor.

Para tener claro lo que supone esta dieta, hemos de recordar algunos términos íntimamente relacionados. Un vegetariano no comerá nunca carne, pescado ni derivados, basando su dieta exclusivamente en productos vegetales, pudiendo o no incluir huevos ni lácteos. El veganismo, por su parte defiende un tipo de alimentación en la que no tienen cabida ningún producto de origen animal, ni tan siquiera la miel.

En este sentido, la dieta flexivegana se podría decir que sigue las mismas pautas que el veganismo, pero adoptando determinadas licencias en un intento por llevar una vida más cómoda y, de alguna manera, facilitar la integración con el resto de la sociedad en determinadas situaciones como pueda ser acudir a restaurantes rodeados de amigos para una celebración especial. En este sentido, un flexivegano, a diferencia de lo que sucedería con un vegano convencional, podría aceptar un plato de pasta con salsa de queso o una tortilla de patata convencional cuajada con huevos.

Los propios fleiveganos defienden la idea de “comer sin llegar a obsesionarse”. Conviene recordar que el veganismo y todos sus derivados es un estilo de vida que se basa, principalmente, en el respeto a los animales, en respetar su libertad y no abusar de ellos para ningún fin.

Beneficios de la dieta flexivegana

Se podría decir que la dieta flexivegana combina el vegetarianismo con proteínas de alto valor biológico como las que puede proporcionar el atún, salmón o el pavo. Su principal objetivo es evitar al máximo el sufrimiento o explotación animal.

Uno de los principales beneficios que puede proporcionar la dieta flexivegana es que ayuda a calmar la ansiedad. Y, es que, según los expertos, una de las formas de comer de manera saludable es no obsesionarse y librarnos de preocupaciones por aumentar o bajar de peso.

Si por algo funciona esta dieta en nuestros días es por el hecho de que los límites en el consumo de la carne o el pescado los ponemos nosotros mismos. Las personas sentirán un menor grado de ansiedad y obtendrán mejores resultados que si eliminan todos los alimentos animales de manera radical.

Por otro lado, el porcentaje de antioxidantes que se suelen incluir en este tipo de dietas son considerables, además de que el consumo de fibra es más elevado. Con todo ello, además de prevenir el envejecimiento prematuro de nuestras células provocado por los radicales libres, también seremos capaces de mejorar el funcionamiento de nuestro tránsito intestinal y, por lo tanto, tendremos la posibilidad de eliminar las toxinas innecesarias de nuestro organismo.

Al reducir la cantidad de grasas animales, la dieta flexivegana también puede ser un gran aliado para prevenir enfermedades cardiovasculares o prevenir el colesterol.

Por otro lado, la dieta flexivegana podría ser de gran ayuda para bajar de peso, aunque lo más recomendable para estos casos sería acudir a un endocrino o nutricionista y así pudiera indicarnos un plan de alimentación concreto para llevar a la práctica. En verdad, este mismo objetivo se puede conseguir manteniendo dieta y ejercicio. Es conveniente mantener a una dieta sana, variada y equilibrada y que pueda contener todos los nutrientes que nuestro organismo pueda necesitar para funcionar correctamente.

Menú para la dieta flexivegana

Para practicar la dieta flexivegana es recomendable incrementar de manera gradual el consumo de frutas y verduras, preferentemente crudas, dado que mantienen todas sus propiedades. En lo referente a las proteínas de origen animal sería aconsejable espaciar su consumo de dos a tres veces por semana, así como evitar los alimentos procesados, enlatados y los embutidos.

Te proponemos estos menús flexiveganos:

Menú 1

-Desayuno: una manzana acompañada de un batido de kiwi, naranja y piña, un puñado de frutos secos y una tostada con tomate natural y un poco de ajo y aceite.

-Almuerzo: un vaso de leche de avena con cereales y una tostada integral con mermelada.

-Comida: lentejas con arroz, cúrcuma y calabaza, acompañado de un segundo plato en forma de hamburguesa vegetal o de pollo con pan y ensalada de plátano.

-Merienda: mandarina y almendras (podemos incluir un lácteo como un yogur).

-Cena: una tortilla de cebolla y calabacín y natillas de chocolate.

Menú 2

-Desayuno: una pera y un melocotón, un vaso de café con leche y una tostada con paté vegetal de berenjenas.

-Almuerzo: tres barritas energéticas de muesli, una manzana y un kiwi.

-Comida: enselada de alubias blancas con cebolla, pimiento y zanahoria, así como humus con rodajas de pepino y yogur de soja con chocolate.

-Merienda: dos nísperos acompañados de cacahuetes naturales.

-Cena: verduras y seitán salteado y terminar con un vaso de leche con cereales.

Menú 3

-Desayuno: pan de espelta con crema de algarroba y café con cereales.

-Almuerzo: coca casera con frutos secos y semillas de sésamo, acompañada de un zumo demanzana o bebida de chía.

-Comida: espirales de kamut con nueces y shiitake, así como brocheta de tofu y piña con salsa de soja.

-Merienda: dos melocotones y pipas de girasol.

-Cena: sopa de miso y calabacín relleno de arroz y seitán son salsa de pimiento.

¿Vosotros habéis seguido la dieta flexivegana?, ¿cómo fue vuestra experiencia?, ¿qué otros platos recomendaríais para incluir cada día?

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